3 de octubre de 2014

COMO UN TORRENTE (Some Came Running)
(USA) MGM / Sol C. Siegel, 1958. 137 min. Color. CinemaScope.
Pr: Sol C. Siegel. G: John Patrick y Arthur Sheekman, basado en la novela de James Jones. Ft: William H. Daniels. Mt: Adrienne Fazan. DA: William A. Horning y Urie McCleary. Vest: Walter Plunkett. Ms: Elmer Bernstein. Dr: Vincente Minnelli.
Int: Frank Sinatra, Dean Martin, Shirley MacLaine, Arthur Kennedy, Martha Hyer, Nancy Gates, Leora Dana, Betty Lou Keim, Larry Gates, Steven Peck, Connie Gilchrist, Ned Wever, Denny Miller, Carmen Phillips, William Schallert.
Dave Hirsh (Frank Sinatra) regresa a Parkman, Indiana, su ciudad natal, después de años de ausencia. En el autocar que le ha traído viajaba también, sin él saberlo, una prostituta llamada Ginnie (Shirley MacLaine) a la que Dave durante alguna borrachera le hizo promesas de amor.  
Este es Bama Dillert (Dean Martin), alcohólico y tahúr, reparando en la presencia de Dave en el bar cuando éste habla de juego con el camarero. 
Dave y Bama intiman rápidamente en la barra del bar y se proponen sacar el máximo partido lúdico a su presencia en esa ciudad.
A la "fiesta" etílica se unen Ginnie (que sigue a Dave como un perrito faldero) y Rosalie (Carmen Phillips), la amiguita de Bama.
Frank (Arthur Kennedy), hermano de Dave, es un "respetable" ciudadano de Parkman, esposo y padre de familia, con un negocio de joyería. Aquí le sorprendemos fuera de horario lectivo tratando de ligar con su escultural secretaria Edith (Nancy Gates).
En la ciudad, Dave conoce a Gwen French (Martha Hyer), una recatada profesora, inteligente y culta. Nuestro hombre comienza a interesarse por ella.
En sus andanzas por los garitos de la ciudad, Dave sorprende a su sobrina Dawn (Betty Lou Keim), una adolescente que se siente "mujer" antes de tiempo.
SINOPSIS: Un hombre desengañado y excéptico, con aptitudes literarias y recién licenciado del ejército, regresa a su ciudad natal tras una prolongada ausencia, con el manuscrito de una novela en su petate. En el autobús que le trae, viaja también una pobre muchacha que le sigue como un perrito sin amo(r). El amargo reencuentro familiar de nuestro hombre propicia su amistad con un jugador profesional y el acercamiento sentimental a una joven profesora que le anima a publicar su novela. Pero su relación con la chica del autobús, perseguida por un chulo mafioso, desencadenará el drama.
Una timba con Dave y Bama y un inminente percance con Joe (Ric Roman), un mal perdedor (el de los billetes en la mano).
Ginnie es una buena chica de vida descarriada, sentimental y muy enamorada de un despreciativo Dave que no acaba de tomarla en serio.
El desamparo y la entrega de la pobre Ginnie acaban conmoviendo a Dave que, no obstante,
es incapaz de amarla.
Ginnie, consciente de su escasa cultura, desea aprender cosas de Dave. La muchacha pone voluntad pero su escasa capacidad para comprender expresiones literarias irrita a Dave.
Las irreconciliables desavenencias de Dave con Gwen, le empujan a aceptar finalmente casarse con Ginnie que ajena al escaso entusiasmo de él, no cabe en sí de felicidad.
Tras la rápida ceremonia, un apesadumbrado Dave y una ilusionada Ginnie pasean por la feria.
Las irrupciones de un chulo mafioso que persigue por celos a Ginnie, desembocan en un trágico desenlace cuando ella cubre con su cuerpo a Dave, recibiendo la bala destinada a él.
COMENTARIO: Minnelli tal vez por su naturaleza de artista culto y refinado, cuando afrontaba un melodrama lo hacía con -digamos- ciertos miramientos, no se entregaba a tumba abierta como lo hicieron, por ejemplo, Clarence Brown, John M. Stahl, Douglas Sirk o Henry King. Ellos, desde ópticas diferentes, no obstante “vivían” sus historias, creían en lo que contaban y lo hacían de manera muy directa e intensa; por el contrario, Minnelli ante el mélo guardaba cierta distancia lo que propiciaba un estilo más contenido (incluso en su ejemplar adaptación de “MADAME BOVARY”). En consecuencia, lo anteriormente expuesto es aplicable a “COMO UN TORRENTE”, para mí una de sus obras mayores.
Despojando de polvo y paja el novelón (por su número de páginas) de James Jones, el realizador consiguió uno de sus mejores melodramas. Si ya conocéis la película que comento, imaginaos esa misma historia contada por un entregado Sirk; es fácil imaginar que el “desmelene” hubiera sido total y también apasionante, qué duda cabe, aunque no sé si adecuado para el contexto sobre el que se desarrolla la trama. El clima opresivo de esa pequeña ciudad del middle west viene a representar una sociedad muy cuidadosa con las apariencias y definida por un modelo de familia conservador que esconde sus miserias -todo lo inconfesable- bajo un lacado de buenas maneras, ese educado formalismo hipocritón inherente a una reciente prosperidad económica (la acción transcurre en 1948).
Perfecto en todos sus apartados, con unos personajes inolvidables, dibujados con delicadeza de trazo y riqueza de matices, el film sostiene en su desarrollo una gradación de acontecimientos en calculado crescendo, hasta desembocar en la portentosa secuencia nocturna en la feria, penúltima en el film. Un climax de nueve minutos durante el que Minnelli exhibe de nuevo su extraordinario talento para el musical (una concepción de puesta en escena aplicada en este caso a una dramática conjunción de órbitas de los personajes que conforman la historia) ofreciéndonos un prodigioso, virtuosista, dramático ballet virado sobre una gama casi infinita de rojos con las enloquecidas carreras del celoso Raymond (Steve Peck) buscando a su chica, Bama (Dean Martin) persiguiéndole a él mientras Dave (Sinatra) ha encontrado la redención con Ginnie (maravillosa Shirley MacLaine en uno de sus personajes más hermosos) y ambos pasean entre la gente describiendo una órbita hasta que finalmente la elipse se cierra.
En la breve escena final, esa coda con la que concluye la película, existe un momento sublime, es de esos instantes de gran intensidad que pocas películas contienen y que consiguen que la recordemos para siempre con un nudo de emoción. Me refiero naturalmente al momento en que Bama se quita el sombrero ante la tumba de Ginnie. Memorable.