5 de marzo de 2014

PÁGINA EN BLANCO (The Grass Is Greener)
(USA-GB) Grandon / Universal, 1960. 104 min. Color. Technirama.
Pr: Cary Grant, Stanley Donen y James Ware. G: Paul Sheriff, basado en la obra de Hugh & Margaret Williams. Ft: Christopher Challis. Mt: James Clark y Peter Musgrave. DA: Paul Sheriff. Vest: Christian Dior, Hardy Amies y John Wilson-Apperson. Ms y Can: Noel Coward. Dr Ms: Muir Mathieson. Dr: Stanley Donen.
Int: Cary Grant, Deborah Kerr, Robert Mitchum, Jean Simmons, Moray Watson.
Victor (Cary Grant) y Hilary Rhyall (Debotah Kerr), forman un reposado matrimonio de nobles ingleses que redondean sus ingresos abriendo al público las puertas de su mansión un día a la semana y cultivando champiñón. 
El flemático Victor es un esposo despreocupado que da por sentada la solidez de su matrimonio.
De repente y de rondón, se les cuela en las habitaciones privadas un turista americano desligado del grupo de visita, el magnate del petroleo Charles Delacro (Robert Mitchum).
El impulsivo Charles Delacro sorprende a Hilary en su intimidad y de inmediato se prenda de ella.
A su vez, Hilary se siente atraída por Charles y como despertando de su letargo sentimental, se deja "llevar" por este atractivo millonario.
Antes de que ambos se den cuenta, están enamorados y se entregan a un frenético weekend sexual y romántico en Londres, a espaldas de Victor.
SINOPSIS: Víctor y Hilary, condes de Rhyall, forman un matrimonio inglés, equilibrado y mode­radamente feliz que habita una magnífica y aristocrática mansión. Una vez por semana es abierta al público para ser visitada por grupos de turistas y cierto día uno de ellos, un millonario americano, se cuela en los aposentos privados sorpren­diendo a Hilary por la que de inmediato se sentirá atraído y naturalmente intentará conquistarla.
Victor, desde su aparente y consentidora inapetencia, ama a su mujer y no es ajeno al riesgo que ahora corre la estabilidad de su matrimonio.
Entra en escena la frívola y entrometida Hattie (Jean Simmons), antigua novia de Victor y a pesar de ello, amiga de Hilary.
Entre bromas, nuestra festiva Hattie no pierde la esperanza de recuperar a Victor, o por lo menos darse un "revolcón" con él. Y la actual coyuntura parece la ideal.
Por el sistema de división de la pantalla Scope, he aquí a las dos "parejas" hablando por teléfono y, claro, sabiendo los cuatro que todos mienten.
Hattie aconseja a una desconcertada Hilary que no sabe por dónde tirar ante la avasalladora fuerza de Charles que la tiene seducida.
Victor, consciente de que está a punto de perder a su esposa, urde un retorcido y arriesgado plan para conseguir que las aguas vuelvan a su cauce.
COMENTARIO: Si bien la pareja es el eje sobre el que giran la mayoría de las comedias ahora consideradas como “clásicas”, las de Stanley Donen tienen un sabor especial, mezcla de calidez y elegancia, de lucidez no exenta de amor en el acercamiento a los personajes pero, sobre todo, en la atenta observación de las relaciones establecidas entre esos personajes y cómo son inteligentemente planificadas para que no perdamos ningún detalle revelador por fugaz que este sea. Instantes furtivos que nos ayudan a conocerles mejor. En consecuencia, esa perceptiva mirada dota a sus comedias, en ocasiones, de una cierta gravedad y de un poso de amargura cuando se nos muestran los efectos adormecedores y a la vez erosivos del paso del tiempo (a este respecto, recordemos el matrimonio formado por Joanna y Mark de “DOS EN LA CARRETERA”).
En la que ahora nos ocupa, nos encontramos, como en “VOLVERÁS A MÍ” y posteriormente “DOS EN LA CARRETERA” y “LA ESCALERA” (ésta en clave homosexual), ese tipo de pareja formada y asentada, con años de convivencia, antes de que comience la película. Por el contrario, también en la filmografía de Donen nos hallamos ante otras que se forman (trabajosamente) a lo largo de la trama y que comienzan a existir como tales cuando finaliza la cinta (por ejemplo, “BÉSALAS POR MÍ”, “CHARADA” y “ARABESCO”).
“PÁGINA EN BLANCO” es una comedia resuelta con un ritmo fluído y reposado que por momentos puede parecer teatral, pero que resulta el más adecuado para mostrarnos el tipo de existencia que la pareja protagonista lleva, confortablemente instalada en un estado a medio camino entre el tedio y la felicidad. Absolutamente seguros de sí mismos y el uno del otro, conformistas y conservadores, Victor (Cary Grant) y Hilary (Deborah Kerr) han aletargado cualquier elemento de inquietud y dejan transcurrir el tiempo con placidez entre conversaciones triviales, costumbres y pequeñas manías, confundiendo probablemente esa felicidad de la que creen disfrutar con un recurrente sucedáneo: la confortabilidad. Sin embargo, en la aparente solidez de esa relación aparece la primera grieta cuando de improviso el equilibrio de su placentera vida es roto por la intrusión de un extraño que se cuela de rondón, el americano Charles Delacro (Robert Mitchum) que vendrá a remover las estancadas aguas de ese matrimonio.
Está claro (por lo menos para mí) que en las últimas décadas, salvo alguna gloriosa excepción, ya no se hacen comedias inteligentes, dirigidas al cerebro y el corazón antes que al estómago o más abajo. Y Donen, junto a maestros como Leo McCarey, Vincente Minnelli, George Cukor, Howard Hawks o Preston Sturges, fue uno de los más brillantes cultivadores de un género muy, muy difícil y codificado y con el que más cosas pueden decirse a la hora de reflexionar sobre las relaciones interpersonales y en suma, de la condición humana. Ahora no toca hablar de sus maravillosos musicales.