23 de septiembre de 2013

APOCALYPSE NOW
(USA) Omni Zoetrope, 1976-79. 153 min. Versión Redux: 202 min. Color. Technovision 70 mm.
Pr: Francis Ford Coppola, Fred Roos, Gray Frederickson y Tom Sternberg. G: John Milius, basado en la novela "El corazón de las tinieblas¨ de Joseph Conrad. Narración: Michael Herr, a partir de su libro "Dispatches". Ft: Vittorio Storaro y Stephen H. Burum (2ª Unidad). Mt: Richard Marks, Walter Murch, Gerald B. Greenberg y Lisa Fruchtman. DP: Dean Tavoularis. Sonido: Walter Murch. EE: Joseph Lombardi y A. D. Flowers. Ms: Carmine Coppola, Francis Coppola y Richard Wagner (extracto de "La walkiria"). Can: The Doors, Rolling Stones, Flash Cadillac, etc. Dr: Francis Ford Coppola.
Int: Marlon Brando, Robert Duvall, Martin Sheen, Frederic Forrest, Albert Hall, Sam Bottoms, Larry Fishburne, Dennis Hopper, Harrison Ford, G.D. Spradlin, Scott Glenn, Jerry Ziesmer, Cynthia Wood, Colleen Camp, Linda Carpenter. Sólo en la versión Redux: Christian Marquand, Aurore Clément, Michel Pitton, Franck Villard.
El capitán Benjamin Willard (Martin Sheen) tiene por delante una oscura misión de imprevisibles consecuencias para él.
El marine Lance Johnson (Sam Bottoms), un ídolo del surf en la Costa Oeste,
ahora enrolado en el grupo del capitán  Willard.
El arrogante teniente coronel Kilgore (Robert Duvall) explica al surfista Johnson las posibilidades de practicar con la tabla en esa playa una vez que sus helicópteros "cautericen" la zona con napalm. 
Los helicópteros en formación de ataque se dirigen al bosque colindante con la playa para limpiarlo de enemigos mientras en los altavoces instalados suena "La Cabalgata de las Walkirias".
Los efectos del ataque con napalm son dantescos. Mientras, Kilgore disfruta del
 espectáculo con infinito engreimiento.
Kilgore a Willard: "Me gusta el olor del napalm por la mañana, huele a... victoria". 
Hasta un remoto lugar de la jungla vietnamita, insospechadamente, llegan las Conejitas de Play Boy para ofrecer un excitante espectáculo a los soldados destinados en esa base.
SINOPSIS: En Vietnam, un capitán recibe órdenes de sus superiores de localizar y acabar con un ex-coronel de los Boinas Verdes que desde lo más profundo de la jungla camboyana ha emprendido por su cuenta una terrible guerra, secun­dado por un asalvajado ejército paralelo de fieles seguidores. El largo viaje por el río, cuajado de peligros y episodios sorprendentes culminará con el encuentro de los dos hombres en un alucinante marco de horror y muerte.
Al final del trayecto por el río que ha llevado a Willard hasta lo más profundo de la selva camboyana, es recibido por los hombres de Kurtz y por un gesticulante fotoreportero (Dennis Hopper) que se expresa con una verborrea inconexa.
Lo primero que percibe Willard en ese extraño lugar es el seguimiento ciego de los componentes del ejército de Kurtz a su jefe al que consideran poco menos que un dios.
He aquí al coronel Walter Kurtz (Marlon Brando), cuya imponente presencia y magnetismo llegan a fascinar al que debe ser su verdugo, el capitán Willard.
Kurtz en sus dominios, a la luz del día.
Willard camuflado en las brumas de la noche, sumergido en las emanantes aguas del río, nada y acecha a su presa como un monstruo acuático.
Willard, escindido y atrapado entre la naturaleza de su misión y la fascinación que le produce la figura de Kurtz, observa y duda antes de atacar a su presa.
"El horror, el horror..."
COMENTARIO: Parece ser que en su larga génesis, lo que inicialmente iba a ser un realista film bélico sobre la guerra de Vietnam, fue transfor­mándose y creciendo conforme avanzaba la prolongada, costosa y accidentada producción. Y lo hizo hasta perder su primitiva naturaleza en manos de un Coppola progresivamente poseído y "conducido" por su propia criatura, agigantada y mutante, en un alucinado y enriquecedor trayecto de lo físico a lo metafísico.
En virtud de lo cual, a medida que Willard remonta el río Nung, Vietnam ya sólo era el telón de fondo para una fantas­magoría que nos transporta al interior de la sinrazón, al "corazón de las tinieblas", de la barbarie en sus diferentes vertientes. La de Kurtz, la primitiva, la prehistórica, y la de Kilgore, esa especie de Custer hollywoodense con sombrero Stetson, la irónicamente "respetable" ("Me gusta el olor del napalm por la mañana, huele a... victoria" —le dice a Willard mientras a sus espaldas la selva es calcinada).
El film, demoledor y desesperado, de alucinatorias imágenes, en su genial desmesura y complejidad, en su terrible belleza, se desliza más allá del borde, es pura sensación, pensamiento enloquecido, tangible y obscena pesadilla. En suma, una absorbente, fascinante obra imperfecta de terribles significados.

10 de septiembre de 2013

TODO SOBRE MI MADRE
(Esp) El Deseo / Renn / France 2, 1998/99. 90 min. Color. Pananvision.
Pr Ej: Agustín Almodóvar. Ft: Affonso Beàto. Mt: José Salcedo. DA: Antxon Gómez. Vest: José María de Cossío. Son: Miguel Rejas. Ms: Alberto Iglesias. G y Dr: Pedro Almodóvar.
Int: Cecilia Roth, Marisa Paredes, Penélope Cruz, Antonia San Juan, Candela Peña, Rosa María Sardá, Fernando Fernán Gómez, Fernando Guillén, Toni Cantó, Eloy Azorín, Carlos Lozano, Cayetana Guillén Cuervo, Juan José Otegui.
Manuela (Cecilia Roth) y su hijo Esteban (Eloy Azorín) se resguardan de la lluvia bajo un paraguas multicolor, pero no podrán resguardarse del destino.
Manuela y su amiga Rosa (Penélope Cruz), una monja seglar enferma de SIDA.
Hay bondad, entrega y resignación en el bello rostro de Rosa.
Sin duda, alguien ha dicho algo muy gracioso y las chicas se relajan. Ellas son Agrado (Antonia San Juan), Manuela y Rosa.
Huma Rojo (Marisa Paredes), una diva del teatro, se maquilla para salir a escena, observada y asistida por Manuela.

Inesperadamente, la tragedia golpea la vida de Manuela.
SINOPSIS: En Madrid, Manuela pierde a su hijo de diecisiete años atropellado por un co­che. Abrumada por el dolor, viaja a Barcelona con la intención de localizar al padre que desapareció de su vida dieciocho años atrás, antes de saber que ella estaba embarazada. Allí conoce a Agrado, una prostituta de buen corazón, antigua novia de su marido, a Rosa, una monja seglar entregada a los necesitados y a Huma Rojo, famosa actriz teatral, causante involuntaria del fatal atropello cuando representaba en Madrid “Un tranvía llamado deseo”.
Rosa, una mujer ejemplar con muchos problemas personales.
El dolor apenas contenido en el rostro de Manuela, una mujer destrozada que ahora busca al hombre que dieciocho años atrás la abandonó con un hijo en las entrañas.
El padre de la criatura reaparece, pero ahora se llama "Lola" (Toni Cantó).
Esta es Agrado, una prostituta de buen corazón.
Manuela junto a la madre de Rosa (Rosa María Sardá) y su hija.
Manuela espera el final de la representación en la salida de artistas respaldada por un enorme mural con el rostro de Huma Rojo anunciando la obra en cartel que ella representa.
COMENTARIO: Tras la arriesgada pero seductora salida de Almodóvar al exterior de su cúpula protectora bajo la que había construido un abigarrado y fascinante universo propio, es decir, tras “CARNE TRÉMULA”, el realizador de “ÁTAME” regresó a cubierto. Y lo hizo para recuperar el calor y la seguridad que le proporciona su territorio (aunque esta vez buscara equivalencias urbanas en un estratégico traslado de sus queridas criaturas a la abigarrada Barceloneta). Así pues, vamos a centrarnos en “TODO SOBRE MI MADRE”, película que por cierto gustó mucho a los americanos y lo demostraron concediéndola en su día un Oscar.
Almodóvar es un alquimista, uno de los pocos –tal vez el único– que ha conseguido descifrar el secreto del plomo para transformarlo en oro. Así como otros artistas prefieren modelar sus obras a partir de materiales nobles, él lo hace con historias y personajes que, sobre el papel, hubiera despreciado el mismísimo Ignacio F. Iquino. Sin embargo, la riqueza de los diálogos que Almodóvar pone en boca de sus mujeres (en esta película vuelven a ser las protagonistas absolutas), dramáticos, desgarrados, jalonados aquí y allá por geniales réplicas que disfrazan de ligereza la densidad (para que el espectador respire), la sabiduría y belleza de una puesta en escena que toca el cielo con alada gracia y sin aparente esfuerzo, la prodigiosa dirección de actrices de las que extrae registros y modulaciones nunca soñados por ellas, la intensa emoción que las imágenes de la película provocan en el espectador, conforman una obra maestra tan personal, con tanta fuerza y de tal belleza que quien esto escribe concede escasa importancia a ese par de lunares que aparecen en su magnífica arquitectura (la solución formal del atropello de Esteban hijo, la teatral y melodramática primera aparición del personaje de “Lola”). Por otro lado, los guiños cinéfilos del manchego, explícitos en el caso de las alusiones a “EVA AL DESNUDO” y la referencia a “OPENING NIGHT” de Cassavetes, están perfectamente integrados en la red argumental. Más discutibles resultan los “autoplagios” (los médicos explicando a una madre desconsolada la bondad de la donación de órganos) o el acostumbrado “ricito” expresivo que se permite en un momento dado, a modo de capricho almodovariano (ese plano imposible en que una cámara subjetiva nos muestra el “punto de vista” de una hoja de papel siendo escrita). Pero, en fin, porque él es como es, porque a través de sus personajes nos habla de sí mismo, de sus búsquedas, recuerdos y carencias, porque su sensibilidad y humanista concepción del cine le permiten penetrar hasta los últimos recovecos del alma de sus criaturas, le agradecemos el talento desplegado en la consecución de esta hermosa lección de amor, fortaleza y esperanza que en definitiva es “TODO SOBRE MI MADRE”.